Las fracturas en niños son relativamente frecuentes, y se calcula que hasta un 42% de los niños y un 27% de las niñas en edad escolar tienen posibilidades de sufrir una fractura.
Y es que entre que juegan como locos (¿quien no ha conocido a algún niño kamikaze de esos que se tira al suelo sin ver que hay debajo o que se divierte escalando muebles?) y que sus huesos son más blandos, la fractura se vuelve, por lástima, algo bastante probable.
¿Quieres saber qué debemos hacer ante una fractura?
Lo único que podemos hacer ante una fractura es llamar a una ambulancia o llevar al niño al hospital (aunque lo ideal, especialmente en fracturas en zonas complicadas, es lo primero). Para eso, debemos ser capaces de reconocer las fracturas, ya que a veces sus síntomas pueden confundirse con una simple torcedura.
¿Cómo detectar una fractura?
- Dolor muy fuerte en la zona
- Hinchazón y aumento del volumen en la zona lesionada
- Dificultad de movimiento de la zona lesionada y movimiento anormal
- Deformidad
- Pérdida de sensación
¿Cómo debemos actuar ante una fractura?
- Si se ha lesionado la espalda o el cuello, lo ideal es no mover al niño hasta que llegue la ambulancia, ya que al moverle podríamos causar un daño importante en sus nervios. Si es necesario moverlo por seguridad, debemos inmovilizar completamente el area lesionada antes de trasladarlo.
- Si el hueso se puede ver a través de la herida y sangra, aplica presión con una gasa o algún otro material limpio sobre la herida, pero no trates de empujar el hueso hacia dentro ni de lavar la herida.
- Mantén al niño descansando, recostado, hasta que llegue la ayuda médica.
- Aplica una bolsa de hielo, cubierta por un paño, sobre la zona lesionada
- Si es inevitable trasladar al pequeño, debes poner tablillas alrededor de la zona lesionada. Puedes crearlas con tablas, escobas, cartones, o cualquier material firme, y acolcharlas con mantas, toallas o almohadas.
Foto vía Flickr: Alejandro Morales Loiza