¿Cómo saber cuando mi ritmo cardiaco puede afectar mi embarazo?

¿Cómo saber cuando mi ritmo cardiaco puede afectar mi embarazo?

La frecuencia cardíaca es uno de los indicadores importantes de la salud en el cuerpo humano, ya que mide la cantidad de veces que el corazón late durante un minuto. En los niños mayores de 10 años y los adultos, la frecuencia suele estar entre los 60 y 100 latidos por minuto mientras está en reposo. En las mujeres, se considera una frecuencia del pulso normal en reposo de 60 y 70 latidos por minuto. Sin embargo, durante el embarazo se produce un incremento de la frecuencia cardiaca.

Frecuencia cardiaca durante el embarazo

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Durante el embarazo, el cuerpo de las mujeres sufren muchos cambios. El volumen sanguíneo de su organismo aumenta para satisfacer las necesidades de desarrollo y nutrición del bebé. Por ello suceden algunas molestias como desmayos, hemorroides, dolor de cabeza, cansancio generalizado, palpitaciones y taquicardia.

El corazón trabaja a ritmos acelerados para bombear la cantidad extra de sangre. Incluso llega a bombear hasta un 50 % más de sangre que en condiciones normales, por lo cual es común que la madre sufra palpitaciones a partir del primer trimestre y se acentúan a partir del segundo trimestre.

Pero como el corazón trabaja para dos, además de aumentar el volumen de sangre, la frecuencia cardiaca puede verse alterada, es decir, se producen más latidos en el organismo. En las embarazadas, sus pulsaciones normales van de entre 85 y 90 latidos por minuto, pudiendo llegar hasta 100 latidos en algunas ocasiones.

Por esta razón, es habitual que la futura mamá note un aumento de 15 y 20 latidos, dependiendo su estado de salud. Pero cabe mencionar que el aumento de las pulsaciones provoca una disminución de la presión arterial, porque el útero recibe mayor cantidad de sangre debido a su acción durante la gestación, por lo tanto, el corazón bombea más.

Pero aunque el corazón está preparado para el aumento de la frecuencia, es primordial examinar los latidos cada cierto tiempo. Afortunadamente, actualmente el mercado dispone una serie de artículos para satisfacer este tipo de necesidades. Por ejemplo, los relojes con pulsometros permiten controlar la frecuencia cardiaca sin tener que recurrir a los servicios de salud. Asimismo, los medidores de sangre, oxígeno y frecuencia cardiaca pueden hacer un informe detallado de la condición en la que se encuentra una persona.

Controlar el aumento de las pulsaciones es fundamental, ya que en caso tenga algunas palpitaciones o pequeñas taquicardias, la embarazada podrá iniciar sesiones de relajación y respiración profunda hasta que las palpitaciones disminuyan. Además, también debe medir su presión arterial. Existen tres tipos de aparatos para hacerlo: el esfigmomanómetro de mercurio, el esfigmomanómetro de aire (requiere uso de fonendoscopio) y el aparato electrónico. También es recomendable evitar el consumo de café y hacer sobreesfuerzos.

Taquicardia y palpitaciones ¿qué hacer?

Las palpitaciones o pequeñas taquicardias son normales en las embarazadas y se dan luego de hacer una actividad física. También contribuyen a las palpitaciones factores como el estrés y la ansiedad, con lo cual para evitar estos problemas se recomienda realizar actividades como descansar regularmente, dormir lo necesario, hacer ejercicio moderado (natación o yoga), dejar las preocupaciones de lado y llevar una vida tranquila, dentro de lo posible.

Sin embargo, a pesar de ser un síntoma fisiológico normal entre las embarazadas, no debe subestimarse. Si las taquicardias son muy seguidas o suceden cuando la embarazada está en reposo, debe acudir de inmediato al médico, porque podría tratarse de algún problema cardiaco. Por ejemplo, si la futura mamá tiene entre 110 o 120 pulsaciones por minuto y estos suben a más de 130, debe acudir a un especialista para realizarse un examen.