¿Qué son los loquios?

loquios

Después del parto suelen producirse pérdidas vaginales que se conocen con el nombre de loquios. Se trata de una mezcla de sangre y restos del revestimiento del útero que se han formado durante el embarazo, así como de las secreciones que se producen al cicatrizar la herida que deja la placenta tras su expulsión.

Durante los primeros días tras el parto tendrás loquios que secreciones son de color rojo intenso y es normal expulsar algún coágulo. Después adquieren un tono marón y, a la semana, se vuelven amarillas o blanquecinas.

Es importante observar la cantidad, color y olor. Si el sangrado es demasiado abundante, se torna de repente rojo intenso o desprende un olor fuerte, conviene acudir al médico. Podría ser una señal de infección en la herida placentaria o en la incisión de la cesárea.

Durante este periodo es mejor evitar los tampones para prevenir infecciones. Se aconseja emplear compresas de algodón y cambiarlas a menudo.

Tras el parto siempre se sangra, incluso cuando ha habido cesárea. Las secreciones hemorrágicas, es decir, los loquios ayudan a vaciar y limpiar el útero y la vagina. Duran de 15 a 30 días y van disminuyendo de forma progresiva hasta desaparecer espontáneamente.

La desaparición total de este flujo suele ocurrir a partir de los veinte días después del nacimiento del bebé, aunque puede llegar a durar hasta 6 semanas.