El síndrome del ovario poliquístico y la infertilidad

El síndrome del ovario poliquístico y la infertilidad

El síndrome del ovario poliquístico o el Síndrome Stein-Leventhal es un trastorno que provoca desequilibrios hormonales, impidiendo que la mujer ovule con normalidad y, por tanto, tenga mayores dificultades concebir. Sin embargo, el embarazo es posible en el 75% de los casos con un tratamiento farmacológico estimulante de la ovulación.

En la actualidad se desconocen las causas que generan el síndrome de Stein-Levathal, si bien es cierto que hay varios factores que están en el origen de su desarrollo, como las alteraciones hepáticas, el aumento de la insulina o el incremento de los andrógenos (hormonas sexuales masculinas).

¿Cómo se detecta el síndrome poliquístico?

No existe una prueba médica específica para la detección del síndrome de Stein-Leventhal, por lo que el especialista tomará en cuenta para su diagnóstico varios factores. En primer lugar las ovulaciones de la mujer, tiendo en cuenta si hay periodos irregulares del ciclo de ovulación o ausencia de menstruación. Otro de los focos de atención es el hiperandrogenismo, o el aumento de las hormonas masculinas, y sus consecuencias visibles, como lo son el acné o el crecimiento del vello exagerado en zonas del cuerpo donde normalmente está regulado por las hormonas femeninas. Por último, se tiene en cuenta el aspecto de los ovarios a través de un ecografía transvaginal. En los casos de síndrome poliquístico los ovarios suelen tener un tamaño mayor y quistes alrededor de la corteza de los mismos y que pueden estar presentes en un ovario o en ambos.

Cómo se trata el síndrome poliquístico
El tratamiento del síndrome poliquístico se orienta a la resolución de varias anomalías:
– Una de las medidas fundamentales consiste en modificar el estilo de vida, especialmente en lo que tiene que ver con la pérdida de peso, ya que hay una estrecha relación entre este y la obesidad.
– Para la regulación de los niveles hormonales se prescriben anticonceptivos orales, que en ocasiones se combinan con fármacos androgénicos para reducir la producción de hormonas masculinas. Para las que mujeres que deseen quedarse embarazadas hay tratamientos hormonales específicos.
– Para reducir los niveles de insulina se administra metformina.