Desprendimiento de la placenta

desprendimiento de la placenta

El desprendimiento de la placenta consiste en la separación de la placenta de la pared del útero antes del parto. Si esto ocurre, el bebé puede dejar de recibir el oxígeno y los nutrientes necesarios y la madre puede sufrir una hemorragia que puede poner en peligro su vida.

El desprendimiento de la placenta se produce aproximadamente en 1 de cada 100 embarazos.

Ocurre con más frecuencia en el tercer trimestre, pero puede ocurrir en cualquier momento después de la semana número 20 de gestación aproximadamente.

La alta presión arterial, el consumo de cocaína y el tabaco durante el embarazo aumentan el riesgo de desprendimiento de la placenta.

El principal signo de esta condición es sufrir una hemorragia. Se puede diagnosticar mediante un ultrasonido.

Llame a su médico de inmediato si experimenta sangrado vaginal en cualquier momento del embarazo. Si la hemorragia es severa, vaya al hospital de inmediato. Según la gravedad del desprendimiento y la etapa del embarazo en la que se encuentre, podrá dar a luz al bebé o demorar el parto hasta que el bebé madure.

Con frecuencia, es difícil determinar las causas exactas del desprendimiento prematuro de la placenta.

Las causas directas que producen esta separación son poco comunes, pero abarcan trauma abdominal por un accidente automovilístico o una caída, pérdida súbita en el volumen uterino (que puede ocurrir con la pérdida rápida del líquido amniótico o el parto del primer gemelo) o un cordón umbilical anormalmente corto.

  • Un desprendimiento prematuro de placenta en un embarazo previo. Después de un episodio previo la recurrencia es del 10 al 17%; después de dos episodios previos, la probabilidad de recurrencia excede el 20%.
  • La presión arterial alta durante el embarazo. Aproximadamente el 50% de los casos de desprendimiento prematuro de placenta lo suficientemente graves como para causar muerte fetal están asociados con hipertensión.
  • Edad avanzada de la madre.
  • Alto número de partos anteriores.
  • Aumento de la distensión uterina, como puede ocurrir con embarazos múltiples o un volumen anormalmente grande de líquido amniótico.
  • Diabetes.
  • Tabaquismo.
  • Consumo de cocaína.
  • Beber más de 14 tragos de alcohol por semana durante el embarazo.

La incidencia del desprendimiento prematuro de la placenta, incluso cualquier separación de la placenta previa al parto, es aproximadamente de 1 por cada 150 partos.

La forma grave, que produce la muerte del feto, se presenta únicamente en alrededor de 1 por cada 500 a 750 partos.