Como ya sabes, el verano es sinónimo de calor. El calor puede resultar peligroso para los bebés, especialmente para los peques de pocos meses, ya que son muy sensibles a las subidas repentinas del mercurio y más vulnerables a sufrir deshidrataciones y golpes de calor. Por tanto, es necesario proteger a tu bebé del calor durante los meses de verano.
Te contamos como mantener fresquito y feliz a tu bebé en casa, a pesar de las altas temperaturas.
En casa la temperatura ideal es de 20 a 22 grados durante el día y 18 a 20 durante la noche, no es fácil mantener estas temperaturas, tampoco hay que obsesionarse, es una orientación.
Para que tu bebé duerma a gusto, la ropa de la cuna debe estar confeccionada con fibras naturales. El colchón y el protector deben ser traspirables. Por tanto, descarta las piezas que tengas recubrimientos de plástico. Retira las vestiduras de la cuna y todo aquello que sea prescindible y que evite que circule el aire.
Debes ventilar su dormitorio todos los días, preferiblemente por la mañana temprano o al final del día. Debes mantener las persianas semibajadas cuando hace más calor. Evita que la cuna esté cerca de la ventana mientras esté abierta y mientras esté la ventana abierta, lo más sensato es que esté vigilando al peque. Y en todo momento, evita exponer al bebé a las corrientes.
Puedes usar el aire acondicionado, pero lo ideal es usarlo cuando el bebé no está en casa o en la habitación donde esté instalado. En ningún caso se debe exponerle al chorro de aire. Una vez que el aire acondicionado haya enfriado una estancia, lo apagamos y es cuando podremos llevar al bebé. Y en caso de usar ventiladores, recuerda que no debes tenerlos a mano ya que el bebé podría hacerse daño con él.
Y por último, si la habitación del bebé es muy calurosa, deberías plantearte trasladar temporalmente al bebé a otro cuarto más fresco.