Miedo a la oscuridad

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El miedo a la oscuridad es muy común entre los niños de entre 3 y 8 años, y se calcula que hasta un 30% de los pequeños tiene miedo a la oscuridad con frecuencia.

Probablemente tu hijo te reclame durante la noche y veas al entrar en su habitación que su cara muestra una expresión temerosa. ¿Qué hacer en estos casos? Es normal que te preocupe que tu crío lo pase mal, pero debes saber que la aparición de miedos es una etapa natural del desarollo y que lo más importante es mantener la calma, no forzarle a quedarse a oscuras, y buscar maneras de que vaya acostumbrándose a la falta de luz.

¿Por qué les asusta la oscuridad?  Puede que el problema nocturno sea que se acaba la diversión, deben dejar los juegos y meterse en la cama, lo que a los niños más inquietos no les motiva demasiado. En este caso notarás por su cara que lo que tiene no es miedo, sino ganas de seguir jugando.

Pero en general, el miedo a la oscuridad se debe a que relacionan ésta con la soledad y el abandono, por eso reclaman constantemente la presencia de sus papás. Además, el no ver hace volar su imaginación, y temen que la oscuridad oculte algún monstruo a algún extraño que está en su habitación. También suelen sentir este miedo tras una pesadilla.

¿Qué hacer en estos casos?

Lo primero de todo es que no debes despreciar tu miedo ni decirle que son tonterías, por que para él se trata de un miedo muy real y debemos dejarle claro que tiene derecho a sentir temor. Es aconsejable explicarle que la luz apagada no esconde nada, pero también debemos entender que a él las explicaciones racionales pueden no servirle. Es muy aconsejable consolarle con besos y abrazos, pero no llevarlo a dormir a tu cama.

Obligarle a dormir con la luz apagada no hará más que aumentar su ansiedad, lo ideal es hacerlo de forma progresiva, primero dejándole encendida la lámpara de la mesilla y después la del pasillo, cerrando cada día un poco más su puerta.

Es bueno también dejarle dormir con algún peluche, que le haga sentirse más «acompañado», y contarle algún cuento agradable antes de apagar la luz.

¿Cómo acostumbrarlo a la oscuridad?

Una buena idea para que la falta de luz deje de imponerle respeto es hacer juegos divertidos a oscuras, como la gallinita ciega, las tinieblas, o romper una piñata. Así, cerrar sus persianas un rato durante el día puede facilitar que se familiarice con la oscuridad.

También conviene explicarle de forma lúdica porque existe día y noche, y llevarle a ver las estrellas.

¿Qué no se debe hacer?

Es fundamental evitar excitar al niño durante las últimas horas del día, e impedirle ver películas de terror o violentas, así como contarle cuentos de monstruos.

Otro error frecuente es amenazarlo durante el día con encerrarle en su cuarto y apagarle la luz, nunca debemos utilizar su miedo para condicionar su comportamiento, porque aunque nosotros sabemos que no le va a pasar nada por apagarle la luz, él lo vivirá con muchísima ansiedad.

¿Cuándo preocuparnos?

Como ya sabes, el miedo a la oscuridad es absolutamente normal, pero siempre y cuando no impida que el niño lleve a cabo sus rutinas diarias.

Se calcula que el 8% de los niños con temores, desarrollan una fobia (miedo excesivo y persistente, con síntomas físicos como aumento de la frecuencia cardíaca y agarrotamiento de los músculos), y en estos casos sí hay que acudir a un especialista para que ayude al pequeño.

¿Tiene tu hijo miedo a la oscuridad? ¿Cómo le ayudas a superarlo?