El hijo único

Ser hijo único es cada vez más frecuente, y si en la actualidad es habitual que en una clase de primaria alrededor del 40% de los niños no tengan hermanos, ese porcentaje no dejará de crecer.

Sin embargo, se trata de una situación en parte estigmatizada (aunque cada vez menos): el hijo único no sabe compartir, está mimado, no sabe como interactuar con los otros niños ¿quién no ha oído miles de veces esas afirmaciones? Ser hijo único sin duda influye a los pequeños, pero ten en cuenta que mucho menos que su personalidad innata y la manera de educarles.

¿Quieres saber más sobre las características del hijo único?

Muchos padres se muestran preocupados cuando deciden tener un solo hijo, por si eso puede afectar negativamente a su pequeño. Está claro que tener hermanos es muy enriquecedor, pero eso no significa que el no tenerlos sea malo.

Eso sí, hay que tener en cuenta cuáles son las características típicas de los hijos únicos: por el mayor contacto con adultos suelen madurar antes, se sienten más a gusto en compañía de adultos y hablan mejor. Por contra, en muchas ocasiones son más dependientes (en casa nunca tienen que enfrentarse a situaciones ajenas a los padres). Además, pueden ser más responsables, pero no toleran bien el fracaso.

Algo que se suele decir de los hijos únicos y que no tiene ningún fundamento es que son más timidos y solitarios. En realidad, esto suele venir determinado por otros aspectos, y si el niño está habitualmente en contacto con más gente, ser hijo único no parece influir demasiado.

Eso sí, para que sepa compatir y tolerar el fracaso conviene que tomes algunas medidas. ¿Quieres saber cuáles?

  • Fomenta su relación con otros niños, llevándolo al parque, a la guardería, o a casa de otros niños que conozcas.
  • No intervengas cuando discuta con otros niños o tenga dificultades para ponerse de acuerdo.
  • Cuando esté con más niños, explícale claramente por qué debe compartir sus juguetes.
  • Si observas que es solitario, apúntale a alguna actividad que se haga en grupo.
  • Si hace algo mal, dale tiempo para pensar cómo solucionarlo, aunque él se ponga caprichoso. Es decir, imagina que se pone a llorar porque no es capaz de acabar un puzzle, puedes tratar de ayudarle, pero no siempre y solo guiando, no completando tú el puzzle.
  • Trata de ser consciente de cuando lo estás sobreprotegiendo, para evitarlo. Anímale a hacer cosas nuevas y encárgale tareas adecuadas para su edad.

¿Cómo crees que afecta a los niños el ser hijos únicos? ¿Qué se puede hacer para educarles mejor?