Guía para entender el llanto del bebé

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Aunque es normal que el bebé llore constantemente (pues es su única forma de comunicarse), no deja de ser un motivo de preocupación para padres primerizos, especialmente cuando nada parece calmar ese llorar.

Tras el llanto del bebé hay siempre una necesidad insatisfecha (necesita comer, que lo cambien, dormir…), una queja (por el ruido, por una molestia física), o un simple deshogo (para liberar tensiones).

Como ves, llorar no tiene por qué esconder ningún problema grave. De hecho, durante los primeros meses de vida, lo normal es que llore entre una y tres horas al día, ¡y eso no significa que no lo estéis cuidando bien!

¿Quieres entender mejor por qué llora y qué hacer para solucionarlo?

Las causas más habituales de llanto son las siguientes:

  • Hambre
  • Frío o calor
  • Incomodidad
  • Pañales sucios
  • Enfermedad
  • Sueño
  • Soledad
  • Aburrimiento
  • Exceso de estímulo
  • Ruido
  • Tensión

Normalmente, en pocas semanas los padres aprenden a detectar cómo es cada tipo de lloro, o al menos, a reconocer cuando es algo urgente (hambre, dolor), y cuando es algo secundario (tensión, aburrimiento). Hay tres tipos de lloro bastante típicos, son los siguientes:

  1. Hambre: Empieza de modo irregular y va creciendo progresivamente en fuerza y continuidad. Llora a períodos cortos, con una tonalidad más bien grave y con intensidad variable.
  2. Dolor: De inicio brusco, es fuerte de entrada, como un grito largo y agudo.
  3. Enfermedad: Gemidos débiles y prolongados (salvo cuando la enfermedad causa dolor intenso).

Protocolo de actuación

1. Atiéndele rápido

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Cuando el niño llora, debes acudir rápidamente para ver que le ocurre. No debes pensar que eso le malcría, porque mientras es tan pequeño aún no sabe sacar provecho de eso.  Ser atendido rápidamente le da seguridad al bebé, y más tranquilidad para ocasiones futuras. Además, resulta muy díficil calmar a un bebé que lleva mucho tiempo llorando.

Eso sí, rapidez tampoco quiere decir precipitación, ponerte histéric@ cada vez que llora no le dará seguridad a él ni a ti. Si el niño sale muy llorón, o si el llanto no son más que gruñidos tipo queja, puedes darle un tiempo para que trate de resolver el problema por sí mismo (problemas del tipo no ser capaz de dormir, o estar aburrido).

2. Asegúrate de que sus necesidades básicas están cubiertas

En general se debe empezar por comprobar que el niño no tenga hambre, frío, unos pañales empapados y sucios, o quiera compañía.

3. Cógelo en brazos

Cuando un bebé siente malestar, cogerle en brazos es una buena forma de comunicarle tu cariño y atención, que puede tranquilizarle, y que no tiene porque malcríar al pequeño (es más tarde cuando ya podrán utilizar el lloro para conseguir cosas que si no no conseguirían, pero un abrazo no suele ser una de ella ;)).

Lo ideal es cogerle en brazos y observarle para tratar de averiguar qué desea, más que acunarle frenéticamente para ver si se calla.

4. Descarta enfermedad o dolor

Cuando no hay forma humana de tranquilizar al bebé es cuando los padres suelen ponerse nerviosos pensando que quizás le pase algo grave. Lo más importante es conservar la calma para examinar al niño con objetividad. Ten en cuenta que la gran mayoría de las enfermedades cursan con más síntomas que el llanto.

Otra cuestión es el dolor; si tu bebé no deja de llorar conviene desnudarle totalmente para comprobar que no tiene nada mal puesto que le moleste, y para ver si el aspecto del cuerpo es normal (igual tiene una picadura de mosquito en un brazo, o una hernia en la pierna).

Si a pesar de que no encuentras nada extraño su forma de llorar te parece sospechosa, no dudes en llevarle al pediatra. Prevenir nunca está de más y tú te quedarás más tranquil@.

5. Intenta otros  métodos para tranquilizarle

Puedes probar el efecto de distintos métodos tradicionales para tranquilizarle, pero sin insistir demasiado. Si un método no funciona, pasa a otro. Son los siguientes:

  • Poner el chupete
  • Moverlo y acunarlo
  • Masajes
  • Sonidos como nanas o música
  • Dale tiempo

6. Mantén la calma

Cuando ningún método funciona es muy normal ponerse nervioso, pero eso no hará más que empeorar la situación, pues el bebé detecta la tensión ambiental e influye en su malestar.

Si ves que no vas a poder mantener la calma, conviene pedir ayuda a otro familiar, sin sentir por eso que lo estás haciendo mal. Una nueva cara puede tranquilizar al niño, especialmente si la compara con la tuya estresada ;)

No olvides que el llanto del bebé es algo normal, naturalmente inquietante para que los padres acudan rápidamente a socorrer al pequeño. Si te preocupa mucho sin embargo, lo mejor es siempre llevarlo al pediatra.

Vía: Consumer