Evita los juguetes peligrosos para la salud ocular de tu bebé

Cuida los ojos de tu bebé

La Navidad ha dado de  qué hablar en muchos sentidos, pero como siempre la salud de nuestros pequeños en matería de «peligros posibles» ha sido, como cada año, uno de los temas más comentados. Ver bien la edad recomendada para cada juguete, comprobar el tamaño de las piezas, su posible desprendimiento así como asegurarse de que el objeto en cuestión cumple la normativa de calidad europea han sido algunas de las cuestiones más polémicas.

Este año, además, los profesionales de la visión también han aportado su experiencia para hacer su recomendación a los padres indicando en un comunicado que los juegos «no deben suponer ninguna amenzada para la salud ocular de los niños y que se eviten aquellos que contengan partes afiladas y puntiagudas o que actúen como proyectiles»

Asimismo, «hay que tener especial cuidado con aquellos juguetes que tengan lentes o espejos que puedan concentrar la luz, como lupas, telescopios, microscopios o prismáticos, ya que pueden provocar quemaduras graves en los ojos si no se utilizan de forma adecuada», subrayó el Colegio profesional.

Del mismo modo, la entidad explicó que, mientras juegan, los niños «aprenden a desarrollar sus capacidades visuales», por lo que sus primeros juguetes deben ir destinados a estimular su sistema visual y auditivo. Así, entre el primer y el tercer mes de vida, los juguetes deben tener colores llamativos y muy vivos y se deben acercar al bebé hasta los 20 centímetros para que se interesen por ellos.

En el tercer mes de vida, el niño empieza a desarrollar la coordinación ojo-mano y a partir de los seis meses, se estabiliza la visión binocular y cromática. En ese momento, el bebé ya es capaz de controlar la dirección de su mirada y comienza a controlar los movimientos de sus manos, con lo que puede jugar con cubos que se apilan, juguetes con los que tenga que reconocer formas geométricas, o que produzcan sonidos al tocarlos. A partir de los tres años, el niño puede jugar con rompecabezas que le ayuden a desarrollar su percepción y memoria visual.

En cualquier caso, el Colegio de Ópticos hizo hincapié en que «es importante que los padres jueguen con sus hijos, sobre todo, en edades comprendidas entre los tres y los seis años», ya que así «podrán descubrir si tienen problemas para identificar colores o para coger un objeto, porque no lo ven bien, calculan mal las distancias otienen un campo visual limitado».

Si se detecta alguna anomalía es «fundamental» llevar al niño a una revisión con el profesional de la visión para realizar un diagnóstico temprano. También es importante para el desarrollo visual de los niños los juegos al aire libre porque permiten que los más pequeños no se estimulen siempre en un entorno próximo.

Por su parte, los videojuegos ayudan a desarrollar la coordinación ojo-mano, la rapidez de reflejos y la capacidad de concentración, pero no se recomienda su uso durante más de diez o quince minutos consecutivos, y siempre en niños mayores de 12 años, ya que la utilización abusiva de este tipo de juegos puede acarrear problemas de visión y hábitos sedentarios.

Vía: EuropaPress