Las emociones en el embarazo

Las emociones en el embarazo son cambiantes y muy extremas, pero no te preocupes…¡es normal! Y es que los cambios hormonales, sumados a las molestias físicas y al miedo lógico ante algo que se desea tanto, hacen que durante estos meses tu carácter pueda verse muy alterado.

Por supuesto, esto depende de muchos factores y hay mujeres que casi no notan esta montaña rusa emocional, sin embargo, la mayoría si se notan un pelín diferentes, especialmente las mujeres que ya son por naturaleza nerviosas o las que están en riesgo de complicaciones físicas durante el embarazo.

¿Quieres saber en qué consisten esos cambios emocionales durante el embarazo?

Los cambios emocionales más comunes son los siguientes:

  • Peor respuesta ante las situaciones de estrés (lo que se conoce como ahogarse en un vaso de agua ;)).
  • Estados de humor cambiantes, apareciendo momentos depresivos (sobre todo relacionados con el miedo a que algo no salga bien durante la gestación) y otros de euforia.
  • Mayor irritabilidad.
  • Mayor dependencia emocional de las personas  a las que quieres (tu pareja, tu madre…).

Pero no te preocupes, se trata de un estado transitorio y ¡volverás a ser tú misma en pocos meses!

Por otro lado, tus emociones irán variando segun el momento del embarazo. Así, durante el primer trimestre es frecuente sentir una felicidad inmensa, pero también una gran inseguridad (por miedo a que pase algo que quiebre esa felicidad inmensa). Además, se suele estar más somnolienta, irritable y dejarse vencer con facilidad por el estrés.

El segundo trimestre, por contra inaugura una temporada de gran placidez para la gran mayoría de las mujeres: el embarazo se está desarrollando con normalidad y la mujer lo disfruta plenamente: los controles, las primeras pataditas… Además, ¡la barriga aún no ha crecido tanto como para resultar incómoda!

Pero la inseguridad vuelve a aparecer a mediados del tercer trimestre, cuando se acerca el momento del parto. Los miedos y ansiedades casi seguro harán acto de presencia, y además, los cambios físicos conllevan que muchas mujeres se sientan patosas y poco atractivas.