Análisis de la hormona de crecimiento

Si tu pequeño sufre retrasos de crecimiento tu pediatra puede aconsejar la realización de un análisis de la hormona de crecimiento.

Este análisis suele realizarse tras haber estudiado la edad ósea del niño mediante la radiografía de su mano.

La hormona de crecimiento es segregada por la hipófisis, que es una glándula que se encuentra en la base del cerebro y es la encargada del crecimiento del niño, y en ocasiones puede ser la causante de la baja estatura.

Así que cuando surgen ciertas dudas sobre la baja estatura o el lento crecimiento de un niño, se suele recomendar este análisis, ya que a demás, uno de cada 3 mil niños nacen con un déficit de esta hormona.

Esta prueba es muy sencilla, y se realiza mediante una extracción sormal de sangre, mediante la cual se puede valorar los factores de crecimiento.

Así se valoran las hormonas responsables del crecimiento: la IGF-1 y la GH.

  • IGF-1: Es un factor de crecimiento que también de llama «somatomedina». Se trata de una hormona de naturaleza proteínica que tiene un papel clave en el crecimiento y se produce sobre todo en el hígado.
  • GH: Se produce en la hipófisis y colabora con la hosmonas sexuales esteroideas, las hormonas tiroides y con la IGF-1 en el crecimeinto y desarrolo del esqueleto del niño.

Si el análisis determina un déficit de la hormona de crecimiento se administrará un tratamiento que sólo es necesario en casos muy concretos para evitar efectos secundarios.

El tratamiento consiste en inyectar una dosis de hormona, que el organismo no produce en la cantidad necesaria.

Con este tratamiento el pequeño suele recuperar en 2 ó 3 años la altura genéticamente prevista, aunque el tratamiento suele prolongarse hasta la pubertad, cuando los cartílagos de crecimieto se cierran.

La inyección de esta hormona debe hacerse bajo supervisión médica, exactamente por un endocrino pediátrico, que además debe controlar sus efectos en el tiempo.