Aunque el término es nuevo, el comforter se lleva utilizando toda la vida. Se trata de una nueva versión de los típicos pañitos que le damos al bebé, para que duerman a pierna suelta con algo que les resulte familiar. El olor de mamá y el suyo propio queda impregnado en el pañito y el bebé duerme seguro.
Esa era la práctica tradicional, pero ahora tenemos en el mercado unos comforters especiales, como los Cuski, que además de ser una monada, son limpios, fáciles de usar y de sustituir. Tanto que he leído que estos son los únicos que dejan meter en las UCIs de Neonatales en todo el Reino Unido, para los bebés prematuros. Más información AQUÍ.