Niñas que quieren ser chicas (y sexys)

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Supongo que recordarás cómo hace un par de semanas hubo cierta polémica alrededor de un bikini que se vendía en Primark. Se trataba de un traje de baño para niñas de siete años que contaba con… ¡relleno en el pecho!

Aunque Primark retiró el bikini y pidió disculpas, este hecho sirvió para que todos nos indignásemos y discutiéramos acaloradamente sobre la sexualización de la infancia. El problema es que esta cuestión viene de atrás y sigue avanzando. Las niñas de seis años quieren maquillarse, ven en la tele Hanna Montana, bailan moviendo la cadera «insinuantemente», piden por su cumpleaños zapatos de tacón «de juguete» y juegan con las Bratz.

Coincidirás conmigo en que algo estamos haciendo mal.

Es cierto que las niñas siempre jugaron a ser chicas, pero ¿en qué consiste ahora ser una chica? En vestir provocativo, gustarle a los demás y básicamente ser sexy. Cuando mi sobrina tenía 3 años me preguntó por qué yo no vestía más sexy, que por qué no me ponía un top, una minifalda y tacones.  Lo ve en los anuncios, lo ve en la tele… ser una mujer consiste en potenciar tu atractivo físico.

Si permitimos que jueguen a ser sexys cuando aún no entienden bien qué es lo que eso significa estaremos legitimando una visión de la mujer como objeto sexual, que según los expertos, repercute a largo plazo en un mayor riesgo de depresión, de complejos y de trastornos alimenticios. Además de que para una niña puede resultar peligrosa su erotización, ya que no tiene aún mecanismos de defensa contra determinados abusos.

Y es que la edad media de inicio de enfermedades como la bulimia o la anorexia se sitúa hoy en torno a los 9 años, algo que resulta terrorífico. Son numerosas las niñas que se creen gordas cuando simplemente tienen tejido adiposo acumulado que desaparecerá en cuanto den el estirón. Pero no hay peor estigma que el de ser gorda.

¿Qué podemos hacer ante esta situación? Evidentemente no podemos evitar que se vendan las bratz, ni que las series para niñas sean muchas veces protagonizadas por chicas cuya mayor preocupación es que las bese el protagonista masculino. Ni siquiera podemos encerrar a las niñas en urnas de cristal, porque aunque nosotros no les dejemos leer la super-pop, lo harán en el patio cuando las lleve una compañera.

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Lo que sí podemos hacer es educar a nuestras hijas para que desarrollen un sistema de valores más profundo y un concepto de la mujer en el que su valía no dependa de su físico ni de su capacidad para insinuarse.

Pero… ¿cómo hacerlo? En un artículo muy interesante que leí en El Mundo sobre este tema, daban una serie de consejos que creo pueden resultar de mucha utilidad:

  1. Interesándonos en las series que ven, las revistan que leen, la música que escuchan y las webs que visitan.  Si el contenido no nos parece adecuado, debemos comentarlo con nuestras hijas y ver qué opinan ellas.
  2. Aprovechando lo cotidiano para ejercer la crítica. Las niñas deben tener claro que si prestan demasiada atención a los aspectos externos, su entorno acabará obviando el resto de sus cualidades.
  3. Hablando claramente de por qué ciertos programas o prendas de vestir no son adecuados.
  4. Comprendiendo que las niñas sienten presiones en su entorno para adoptar ciertas actitudes. Tenemos que conseguir educarlas para que sean lo suficientemente seguras de sí mismas como para poder decidir qué es lo que quieren.
  5. Animándolas a encaminar sus talentos hacia actividades diferentes que las estéticas. El deporte, la música o las artes plásticas son excelentes opciones.
  6. Hablando de sexo con ellas, aunque se nos haga incómodo al principio. Es importante lograr que esta faceta de la vida contribuya a su felicidad y no a sus traumas.
  7. Explicándoles la diferencia entre las muñecas, los dibujos animados o las películas y la realidad.
  8. Dando ejemplo. Este punto es fundamental porque de nada sirve que les digamos que el físico no es fundamental si nosotras nos pasamos el día obsesionados con las calorías, la ropa o el maquillaje. Somos su espejo.

¿Te preocupa la erotización de las niñas? ¿Cómo crees que se puede combatir? ¿Dejas que tu hija juegue con complementos de chica?

Vía: El Mundo